En clase hemos realizado varios cuentos, uno de ellos debía estar basado en un niño o niña, un animal y algún familiar, otro sería un cuento mágico en el que podía haber duendes, hadas, mosntruos,...y otro era totalmente libre, en el cada uno/a introducía los personajes que quisiera y sin limitaciones.
Uno de mis cuentos era éste, espero que os guste.
La pequeña historia de una gran amistad
En un pequeño pueblo, donde vivía un pequeño niño llamado Marcos, el sol brillaba con fuerza y los pájaros cantaban sin parar.
Marcos se despertó al oír un ruido en el jardín y tras asomarse a la ventana pudo comtemplar un pequeño agujero al lado del tobogán. Como era un niño muy curioso y juguetón, bajó las escaleras sin que sus padres se despertasen y poco a poco abrió la puerta y se dirigió hacia el agujero.
Una vez que estaba allí, se agachó y observó el agujero de cerca, cuando de repente vio como algo brillaba y se movía. Pero Marcos seguía con la curiosidad y quiso ver aún más, así que corrió a casa, cogió una lupa que tenóa su padre, Pedro, y volvió al jardín, pero para su asombro el agujero desapareció.
Tras regresar a casa, su madre, Elena, bajaba las escaleras y Marcos se acercó a ella y le contó lo que había ocurrido, y a ella le sirgió na idea, así que ambos fueron a la cocina cogieron pan y lo llevaron al jardín.
Durante todo el día, Marcos no dejó de mirar por la ventana y por fin llegó la noche, así que con ganas se durmió y esperó a que amaneciese.
El sol salía poco a poco y se reflejaba en su habitación, Marcos se despertó y fue a la habitación de sus padres para contarles que el jardín estaba lleno de agujeros. Sus padres bajaron al jardín y pudieron ver cómo un pequeño erizo no paraba de hacer agujeros, Marcos corrió hacia él y el erizo se enroscó, así que no podía cogerlo porque se pinchaba, pero su padre le dio unos guantes y al fin pudo cogerlo.
El erizo se desenroscó y Marcos lo posó en el suelo, pero se dio cuenta de que no se iba, sino todo lo contrario; cuando Marcos se movía, el erizo le seguía.
Durante unos días le puso frutas, verduras y agua, y todas las mañanas se despertaba con la duda de si el erizo, al que llamó Bumba, seguiría en el jardín, y aunque Marcos no quería que algún día se fuera, esaba muy contento de saber que tenía un animal en casa. Así que pasaron los meses y Marcos fue creciendo y Bumba también, el jardín se había vuelto su casa y Marcos su familia.
Se acercó el día del cumpleaños de Marcos y sus padres, Pedro y Elena, pensaron en darle una sorpresa: Bumba podía entrar en casa, así que, desde entonces, Marcos todas las noches lo metía en una pequeña caja para dormir y lo ponía al lado de su cama y por las mañanas cuando se iba a la escuela, lo regresaba al jardín para que hiciese lo que Bumba quisiera.
Y así fueron pasando los años y tanto Marcos como Bumba se volvieron inseparables.
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